Si tienes una piscina en el jardín y quieres complementarla con una ducha de jardín estás en el lugar idóneo. Con la ayuda de nuestro experto te vamos a mostrar una serie de claves a través de las cuales la instalación te resultará muy sencilla. Incluso si no tienes una piscina, puedes instalarte la ducha en el jardín para refrescarte en los días de más calor.
Principales claves para instalar una ducha en el jardín
Para tener la certeza de que todo queda en perfectas condiciones, hay que tener en cuenta los siguientes consejos:
- Elección del plato de ducha: es una de las primeras cosas que tenemos que hacer. No vale cualquiera, sino que tenemos que elegir el mejor para nuestro jardín. En asealia.com/es/56-plato-mampara podemos ver una amplia selección de platos de ducha entre los que elegir. Como el plato va dirigido al jardín, no tienes que fijarte tanto en el diseño, sino en la calidad y sobre todo en los materiales. Es importante que aguante sin problemas los factores climatológicos para tener la seguridad de que nos va a durar en el exterior sin problemas.
- Elección de la ducha: una vez que tenemos elegido el plato de ducha, es el momento de elegir la ducha o como se llama en algunas partes del país, el rociador. Normalmente se suele optar por las duchas fijas y altas para que cualquier persona pueda usarla. Aunque también hay duchas que van dirigidas a los niños, solo a los adultos, con manguera… realmente hay muchas opciones entre las que elegir. Por supuesto, hay que prestar especial atención a los materiales. Deben ser resistentes o no aguantarán a la siguiente temporada.
- Colocación de la ducha: es fundamental elegir un lugar adecuado donde colocar la ducha para poder tener una buena experiencia. No solo tienes que pensar en su colocación teniendo en cuenta el diseño del jardín, sino teniendo en cuenta la facilidad de la instalación. Es verdad que una mano de obra experta te la podrá colocar en cualquier parte, pero cuanto más complicada sea su instalación, más cara te resultará.
- Instalación del desagüe: hay personas que optan por instalar el plato de ducha sin desagüe y que el agua vaya directamente al jardín. Pero esa no es la mejor fórmula. No solo porque el jardín se puede encharcar, sino porque la imagen es realmente desagradable. Siempre que instales una ducha de jardín, te recomiendo instalar un desagüe por el cual el agua sucia fluya. Así podrás disfrutar de una experiencia mucho más placentera. Incluso si no pones el desagüe y el agua sale al exterior, puedes sufrir resbalones.
Tipos de duchas de exterior de jardín
A la hora de elegir la mejor ducha de exterior debes tener en cuenta los diferentes tipos para que te sea mucho más fácil la elección.
Ducha de jardín de pared
Son las duchas que cuentan con una grifería que se instala en la propia pared. Normalmente las tomas de agua se instalan en el tabique y los diseños suelen ser bastante parecidos a los de las duchas de interior. Si tienes una pared que te gusta mucho, la puedes integrar muy bien dicha pared y así conseguir disfrutar de ese pequeño rincón mientras te refrescas en los días de más calor.
Dentro de este rango podemos elegir duchas de pie, las cuales suelen venir a una altura estándar de unos dos metros o las que no tiene pie y se pueden colocar en la pared a la altura deseada. Si no hay una persona demasiado alta en la familia, con ponerla a dos metros suele ser más que suficiente. Si no sois muy altos en la familia, ponla a la altura en la cual las personas puedan tocar con la palma de la mano el rociador cuando estiran el brazo. Siempre teniendo en cuenta a la persona más alta de la familia.
Ducha de jardín de columna
La ventaja de esta variedad es que la instalación suele ser bastante sencilla, por lo que no lleva a complicaciones en la instalación. La sujección se realiza en el suelo con tornillos, aunque es verdad que los modelos más modernos ya incluyen una base específica de ajuste.
A la hora de elegir esta variedad de ducha, puedes optar por las que van conectadas a la toma de agua por el suelo o las que van fijadas a una manguera. La ventaja de estas últimas es que no necesitan de obra, pero a cambio la manguera queda al descubierto y en ocasiones puede ser bastante incómoda.
Suele ser común que esta variedad de ducha sea de agua fría, ya que su fin fundamental es el de refrescar en los meses de más calor. Pero las más modernas incluyen paneles solares que calientan el agua para que la ducha no sea tan fría. Todo depende del presupuesto y de las necesidades de cada uno.
Duchas de jardín de suelo
Suelen ser de las menos comunes, pero poco a poco van ganando protagonismo. Realmente gustan mucho al público infantil, pero también pueden ser muy divertidas para los adultos.
Esta variedad de ducha destaca por tener una plataforma en el suelo. Por regla general suele ser cuadrada, tipo plato de ducha, pero en ocasiones puede tener otras formas. Se conecta la base a la manguera o la tubería de agua y cuando alguien se acerca, automáticamente sale un chorro desde la base hacia arriba. Es una manera divertida de refrescarse. El punto negativo es que la opción no es de las más económicas.
Duchas de jardín rudimentarias
Se podría incluir en este rango a las duchas caseras de jardín. No hablamos propiamente de ducha, debido a que puede hacerse de manera artesanal. Por ejemplo, podemos poner sobre un palo un cubo lleno de agua. Cuando queremos refrescarnos, tirar de la cuerda y el agua caerá sobre nosotros. Es un tipo de ducha muy básica que suele tener presencia en las fincas rusticas. En los chalés o fincas que están bien preparadas suelen optar por las duchas mencionadas anteriormente.